La inteligencia emocional en la escuela

En el Sistema Educativo ha irrumpido como un torbellino un nuevo concepto de inteligencia. La Inteligencia Emocional (IE).

Nuestra sociedad tenía como el ideal del ser humano a la persona inteligente, basándose en la puntuación elevada en los tests de inteligencia. El cociente intelectual (CI) se había convertido en el referente que lleva a las máximas calificaciones en los exámenes escolares o al éxito profesional. Con el tiempo, se ha comprobado que se han ido perdiendo demasiados talentos por el camino teniendo sólo en cuenta el rendimiento académico.

En el siglo XXI, se va tomando conciencia de la necesidad de prestar atención tanto en el ámbito familiar como escolar a los aspectos emocionales. La sociedad postmoderna del primer mundo, ya no solo quiere ser rica y opulenta para alcanzar el mayor consumo material, sino que busca una nueva jerarquía de valores, una nueva forma de relacionarse con los objetos, con el tiempo, con nosotros mismos y con las demás personas; con el fin de alcanzar los logros profesionales y personales que nos permitan ser cada día más felices. 

[blockquote]En este momento de crisis ya no vale el ideal exclusivo de la persona inteligente y eficiente en su rendimiento laboral, es ahora cuando surge el concepto de inteligencia emocional (IE) como una alternativa a la visión clásica.[/blockquote]

En España, se ha puesto de manifiesto la preocupación de los docentes ante la necesidad de dar respuestas a los continuos desafíos que tienen que enfrentar con los alumnos actuales en un sistema educativo anquilosado que no les permite avanzar. El reciente Informe Pisa, demuestra que nuestro sistema de enseñanza deja mucho que desear, se debería tomar muy en serio las conclusiones de este informe e intentar solucionar los graves déficit de nuestra enseñanza, si no queremos que se nos vea como un país poco formado en este primer mundo.

¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL? 

El IE se define como la habilidad de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás. Implica cuatro componentes:

[one_fourth]Percepción y expresión 

Reconocer las emociones y ser capaces de darle una etiqueta verbal.[/one_fourth][one_fourth] Facilitación 

Capacidad para generar sentimientos que faciliten el pensamiento. [/one_fourth][one_fourth]  Comprensión 

Integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los cambios emocionales.[/one_fourth] [one_fourth_last] Regulación

Dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz [/one_fourth_last]

En la literatura científica existen dos grandes modelos de INTELIGENCIA EMOCIONAL

[one_half]    MODELO MIXTO      

Combinan dimensiones de personalidad como el optimismo y la capacidad de automotivación con habilidades emocionales (Goleman y Bar-On). En nuestro país,  el que ha tenido más difusión en los contextos educativos ha sido el modelo mixto de inteligencia emocional de Daniel Goleman.

[/one_half] [one_half_last]       MODELO DE HABILIDAD  

El modelo de habilidad de Mayer y Salovey que se centra de forma exclusiva en el procesamiento emocional de la información y en el estudio de las capacidades relacionadas con dicho procesamiento.

[/one_half_last]

Educar la inteligencia emocional se ha convertido en una tarea imprescindible para el desarrollo evolutivo y socioemocional de los alumnos, como método para enseñar a desenvolverse en un mundo en continuos cambios, pero que no debe perder los valores fundamentales del ser humano.

La escuela tendrá en el siglo XXI la responsabilidad de educar las emociones de nuestros hijos tanto o más que la propia familia. La inteligencia emocional no es sólo una cualidad individual. En el contexto escolar, los educadores son los principales líderes emocionales de sus alumnos. La capacidad del profesor para captar, comprender y regular las emociones de sus alumnos es el mejor índice del equilibrio emocional de su clase. En este momento de fuerte debate sobre los cambios educativos, sería una buena ocasión para reflexionar sobre la inclusión de las habilidades emocionales de forma explícita en el sistema escolar.

Porque el profesor ideal para este nuevo siglo tendrá que ser capaz de enseñar la aritmética del corazón y la gramática de las relaciones sociales. Si la escuela y la administración asumen este reto, dotando de la formación pertinente a los educadores, hará que la convivencia en este milenio sea más fácil para todos.

 Referencias:

•  Pablo Fernández-Berrocal y Natalio Extremera Pacheco. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
• COMO UNA HABILIDAD ESENCIAL EN LA ESCUELA Universidad de Málaga, España.
• Pablo Fernández-Berrocal y Desiree Ruiz Aranda. LA INTELIGENCIA EMOCIONAN EN
• LA EDUCACIÓN. Facultad de Psicologia, Universidad de Málaga, España.