Los sellos de caucho son un imprescindible en cualquier empresa. Su importancia es vital para ciertos trámites, que requieren de su presencia para ser validados, o para cerrar tratos y facturas. Pero más allá del mundo empresarial, como bien sabéis si visitáis mi blog con frecuencia, los sellos de caucho son también un proyecto artístico para los amantes del DIY con los que podemos crear auténticas obras de arte. Sellos, continuamente presentes en nuestras vidas sin que nos demos cuenta. Hoy hablaremos sobre estos ellos y sus características para conocerlos un poco mejor.
Sellos manuales
Los sellos de caucho los podemos dividir en dos tipos principales, los manuales y los automáticos. Dentro de la primera categoría encontramos los sellos más sencillos, aquellos que están formados por el caucho carvado de forma manual o industrial, pegado sobre un soporte. Este soporte puede ser de madera, plástico o metal.
La principal característica de los sellos manuales es que la tinta no esta incluida y hay que aplicarla a parte. Este tipo de sellos se pueden encargar o hacerlos por nosotros mismos, en este tutorial os enseño paso a paso cómo hacer sellos de caucho.
Este es un tipo de sellos manuales muy especiales, se trata de una imprentilla. Un pequeño estuche que incluye un pequeño sello para cada letra, número o signo. Se utilizan para crear palabras de forma manual.
Sellos automáticos
Los sellos manuales tienen sus ventajas pero también sus limitaciones ciertos inconvenientes y para superarlos surgen a principios del siglo XIX los sellos automáticos.
Los sellos automáticos son sellos personalizados que se caracterizan, principalmente, por incluir la tinta en el propio soporte del sello. De esta forma el sello siempre está entintando y listo para usarse, eliminando el riesgo de mancharnos o manchar algo con los tampones de tinta. Ésta está depositada en forma de esponja dentro del mecanismo del sello, en contacto continuo con el caucho. Aunque parecen un invento moderno, lo cierto es que ya se usaban a principios del siglo XIX, en esta foto podéis ver un ejemplo de sello automático de hace 100 años con una estructura de metal y madera. Y a continuación una versión muy parecida pero moderna.
Los sellos automáticos pueden incorporar desde un diseño simple (letras y logotipo) hasta numeraciones y combinaciones de números y fechas. Son utilizados habitualmente en empresas y, sobre todo, bancos y entidades públicas. Las tintas que incluyen en su interior pueden ser de un solo color (monocromas) o de varios colores (policromas) en un mismo sello. Si hablamos de tamaños, aunque los típicos son los de tamaño pequeño para documentos habituales, la industria ha evolucionado tanto que se pueden crear sellos automáticos de cualquier tamaño, incluso los más grandes de tamaño A4.
Seguro que en vuestro día a día os topáis con al menos un sello de caucho. Espero que este artículo os haya resultado interesante, un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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