Si me seguís en Insta sabréis que soy defensora absoluta de la economía circular. Y eso implica que si tenemos una necesidad, antes de comprar algo nuevo, hay que echar un vistazo a todas las opciones existentes de segunda mano y si es posible, optar por ellas. En casa lo aplico siempre que puedo, por ejemplo, la mayoría de nuestros muebles son o DIY o de segunda mano. También suelo ir muy a menudo a mercadillos de antigüedades y rastros en busca de tesoros a los que dar una segunda vida. El reciclar, reutilizar y reducir en esta casa es una máxima.
La economía circular se puede aplicar a cualquier ámbito y hoy deberíamos estar reivindicándola más que nunca. La pandemia en la que estamos metidos nos ha traído una crisis económica sin precedentes para la que la economía circular no solo se contempla como una opción en pro del medio ambiente, sino también un modo de ahorro.
Entre todos los cambios que ha traído este dichoso virus, el teletrabajo ha llegado por fin a la agenda pública y se ha impuesto para quedarse (no voy a abrir este melón ahora pero… los que somos autónomos llevamos teletrabajando mucho tiempo y ni antes ni ahora se nos tiene en cuenta). Pero a lo que voy, que este tema me toca de cerca y me pierde demasiado. Muchas personas están modificando sus hogares para poder teletrabajar y eso implica crear una pequeña oficina en casa. Por esto, hoy quiero compartir con vosotros una pequeña reflexión a la vez que reivindicación para animaros a optar por muebles de oficina de segunda mano como una alternativa mas económica y sostenible para adaptarnos a la nueva realidad que estamos viviendo.
Por el medio ambiente
Tanto si tienes que montar una oficina, reformarla o redistribuir tu hogar para montar un pequeño despacho en casa, los muebles de segunda mano son la opción más sostenible. Hablo de mesas, sillas, sillas giratorias, archivadores, cajoneras, percheros, biombos y demás mobiliario de oficina. Normalmente son muebles procedentes de otras oficinas que han cerrado y que en general suelen estar en perfectas condiciones. (Uno en una oficina no se pone a destrozar los muebles ).
Optar por ellos es una forma de reducir el consumo, reutilizar y mantener con vida un producto que de otra forma acabaría en la basura. Por supuesto, suponen un ahorro en emisiones y en material de fabricación.
Por la economía
La segunda gran ventaja que presentan los muebles de segunda mano es el ahorro económico. Es evidente que aunque su aspecto sea casi nuevo el precio que tengan sea algo más reducido que si los compráramos por primera vez. Cuando montamos un proyecto de emprendimiento y hay que montar una oficina el factor ahorro siempre es determinante, pero no solo eso, cuando vamos a montar una oficina en casa para una situación de incertidumbre como la actual, poder conseguir precios económicos es casi una necesidad.
En relación al precio, otro factor a tener en cuenta es la calidad de los productos. Si tenemos un presupuesto X para invertir, con los muebles de segunda mano siempre podremos optar a una calidad mayor por el mismo presupuesto que si lo compráramos nuevos. Y la calidad sí importante porque en la oficina pasamos gran parte de nuestro día a día y se traduce en selud. Por ello no es conveniente teletrabajar desde la cama, la mesa del salón o tirados en el sofá, es necesario tener un espacio adecuado.
En casa tenemos varios muebles de oficina de segunda mano de Sistemas Tormoy, en concreto las sillas giratorias que creo que son fundamentales para tener una buena postura trabajando. ¿Qué te parece mi reflexión? ¿En vuestra casa tenéis muebles de segunda mano? Espero que os inspire este post y os animéis a formar parte de los circuitos de economía circular.
Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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