Los suelos de madera están de moda. Son tendencia, lo mires por donde lo mires los encontramos en todas las revistas de decoración y fotos de Instagram. En el estilo nórdico, el más popular entre los estilos hoy en día, son un básico imprescindible. Aportan calidez y un dulce sabor a hogar en todas las estancias en las que se incorporan.
Durante años, los suelos de madera fueron los reyes del pavimento, los elegidos sin competencia para cubrir el piso en los hogares de todo tipo de familias. Parecía que su reinado iba a ser eterno pero, de repente, llegaron los suelos de gres y piedras naturales y se hicieron paso con fuerza. De aquellos lodos nos han llegado muchas de las (difíciles) decoraciones de pisos de alquiler que nos encontramos hoy en día. Por suerte (o al menos en mi opinión) en la última década las tendencias han vuelto a revertirse y la madera ha reivindicado de nuevo su protagonismo.
Los suelos de madera aportan calidez y dar un dulce sabor a hogar pero ¿Qué opciones tenemos para poner un suelo de madera? ¿Se puede tener un suelo de «madera» sin poner madera? Lo cierto es que a día de hoy las opciones son amplísimas y más allá del parquet y la tarima existen suelos vinílicos, porcelánico de imitación madera… con un aspecto muy muy real. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada uno? Vamos a verlo:
Índice
Suelos de madera natural
Si pensamos en suelo de madera cabe pensar que hablamos de madera natural, bien sea en formato tablillas de parquet o tarima o con listones de madera. Los suelos de madera natural aportan una sensación muy agradable tanto a la vista como al tacto (al andar descalzos). Su confort es incuestionable y su estética no pasa de moda. Además, una de sus grandes ventajas conocida desde la antigüedad es que son un fantástico aislante térmico, por eso es un material muy utilizado en los países donde hace mucho frío.
Pero los suelos de madera natural tiene otra cara de la moneda no tan amable. Aunque son muy duraderos, para que realmente duren mucho tiempo hay que cuidarlos muy bien, evitar derrames y acuchillarlos al menos una vez cada 8 o 10 años y aún así, eso no evitará que con el tiempo suenen y crujan. Por lo general su mantenimiento es mucho más costoso que otro tipo de suelos y también lo es su precio. Hay una gama amplia pero si buscas calidad, suelen ser suelos muy caros.
Suelos de imitación madera
Si buscamos una estética de madera pero queremos sortear las desventajas de la madera natural, hay dos opciones principales que nos dan solución a estas necesidades: los suelos porcelánicos de imitación madera y los suelos vinílicos.
Suelos porcelánicos
Los pavimentos cerámicos y porcelánicos de imitación madera ofrecen un aspecto de madera (con unos resultados muy muy realistas) sin los inconvenientes de la madera natural. Algunos modelos incluso imitan los nudos y el veteado aleatorio creando un aspecto muy natural. Tanto los cerámicos como los porcelánicos están hechos de arcilla aunque el tratamiento es diferente y el porcelánico es más duro y compacto el cerámico.
Existen modelos tanto para interior como para exterior y su limpieza resulta muy sencilla. Esto nos permite unificar el pavimento de toda la casa, tanto en terrazas como en el interior, cocina, baño… Son suelos fáciles de instalar que no necesitan ningún trato especial, eso sí, como única desventaja no tienen esa sensación de calidez que da la madera.
Suelo vinílico de madera
Los suelos vinílicos de madera están hechos de PVC y se presentan en losetas o tablillas parecidas a las del parquet o la tarima. Como gran ventaja de este tipo de suelo es que son un aislante acústico fantástico. Amortiguan muy bien los ruidos. Son bastante eficientes con suelo radiante, fáciles de limpiar y resistentes a la humedad.
Por el contrario, de entre las tres opciones que se detallan en este post, los los menos realistas. Aunque la imitación ha mejorado mucho, no deja de ser una impresión repetitiva que aunque a simple vista puede parecer madera, si nos fijamos en los detalles rápidamente nos damos cuenta de que no lo es. Otro de sus inconvenientes tiene que ver con la instalación. Al ser láminas muy finas debe colocarse con mucho tiento y por manos de un profesional. Y por último, su resistencia y durabilidad es menor que otros materiales.
Entre estas tres opciones, para mi gusto me quedo con los suelos porcelánicos. Creo que son una de las mejores opciones porque aglutinan las ventajas de todos los tipos de pavimentos, son fáciles de limpiar y muy duraderos. ¿Cuál es vuestro favorito? ¿Preferís madera natural o de imitación?
Espero que este post os haya resultado útil. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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