Cada vez más personas sienten la necesidad de conectar con la naturaleza. Ya sea por salud, sostenibilidad o por hobby, el autocultivo ha dejado de ser una moda para convertirse en una opción real y al alcance de cualquiera.
Para ello no necesitas vivir en el campo ni tener muchas hectáreas de terreno. Hoy en día existen soluciones para todo tipo de presupuestos y espacios que permiten tener un invernadero. En este artículo encontrarás consejos prácticos para comprar invernaderos y empezar a cultivar en casa, especialmente en pequeños jardines o terrazas.
Índice
Principales consideraciones para tener un invernadero
- Controlas un cultivo. Tener un invernadero te puede convertir en todo un experto de la irrigación y el cultivo, algo de gran atractivo para los autocultivadores. En lugar de tener que enfrentar condiciones externas, puedes trabajar en tu propio espacio, donde puedes controlar la temperatura, la humedad, etc. Planificar de forma correcta te permitirá adelantar la siembra, así como alargar la temporada de cosecha y hasta permitir cultivar durante todo el año.
- Menos plagas y menos químicos. Como tú controlas el entorno, puedes reducir (o hasta eliminar) pesticidas. Su uso es un problema cuando se busca un cultivo ecológico y saludable.
- Más producción en menos espacio. El valor no es tener más tierra, sino usarla mejor, no importa si tienes invernaderos pequeños. Además, las plantas pueden crecer más rápido y con menos estrés. Eso se traduce en mejores resultados, incluso en espacios reducidos.
- Un hobby que engancha y relaja. Ver algo crecer orgánicamente da calma. Esto se vuelve muy gratificante e incluso se convierte en una excelente manera de enseñar a los niños sobre la comida.
- Sostenibilidad real. Esto permite verificar el impacto ecológico, ya que al cultivar lo que se consume, se reducen envases, transporte y desperdicio. Incluso cuando solo se produce parte de los vegetales, la diferencia es notable.
¿Qué invernadero se adapta mejor a ti?
No existe un orden estricto por el que comenzar. Todo depende del ritmo que se quiera llevar y el espacio disponible. Estas son algunas propuestas en base al espacio y coste:
- Invernaderos pequeños o de balcón. Son ideales para patios, terrazas, o incluso balcones espaciosos. Están construidos en aluminio o acero con una cubierta de plástico resistente, poseen estanterías adicionales para maximizar el uso del espacio vertical y son invernaderos baratos. Esto los convierte en sencillos de montar y perfectos si se está empezando en este ámbito.
- Invernaderos tipo túnel. Su forma es semicircular y su tamaño es mayor al de los invernaderos pequeños. Funcionan muy bien en jardines medianos o grandes. Permiten cultivar directamente en el suelo y proteger muchos tipos de plantas a la vez. Representan una opción intermedia entre lo doméstico y lo semiprofesional.
- Invernaderos de panel rígido (policarbonato o cristal). Duran muchos años, son más estables, y también son más atractivos visualmente. Si quieres algo más perdurable y tienes un poco más de presupuesto, esta es la mejor opción. Además, ofrecen un aislamiento excelente y requieren poco mantenimiento.
- Invernaderos adosados. Este tipo de invernaderos se colocan en la pared del hogar o del garaje. Son útiles si no se cuenta con mucho espacio o la pared es un recurso termal. Algunos se utilizan incluso como un pequeño jardín de invierno.
Recuerda que lo más importante a la hora de elegir un invernadero es que puedas mantener la dedicación que este requiera y que se adapte a tu estilo de vida.
Consejos prácticos para empezar
Empieza poco a poco. Es recomendable iniciar con unos pocos cultivos sencillos como lechugas, espinacas, tomates cherry, fresas y hierbas como albahaca y perejil. El crecimiento suele ser relativamente rápido y cómodo.
Usa jardineras, mesas de cultivo o macetas. Si tu invernadero está suspendido, puedes cultivar en recipientes. Lo fundamental es que cuenten con un buen drenaje y la profundidad correspondiente a la planta. Ya hay mesas de cultivo en altura que facilitan el trabajo.
Controla los niveles de calor y humedad. La humedad y el calor extremo pueden estropear los cultivos. Si hace calor afuera, asegúrate de desbloquear el invernadero o abrir las ventanas automáticas si es posible. Ventilar es parte del éxito.
Usa el sol a tu favor. No coloques el invernadero en áreas con sombra densa o demasiado viento. En su lugar, colócalo donde pueda captar la mayor cantidad de luz, especialmente durante el invierno y el otoño.
¿Qué pasa si tengo espacio limitado?
Eso no es un problema. De hecho, los pequeños jardines urbanos, terrazas o patios pueden ser extremadamente útiles. Con cajas de cultivo diseñadas estratégicamente y invernaderos compactos, puedes establecer un jardín urbano elegante y eficiente. Incluso podrías utilizar cada rincón combinando flores comestibles, verduras y hierbas.
En resumen, contar con un invernadero en casa no es un gasto innecesario. Es un activo de bajo coste y eficaz. Te permite cultivar, cuidar de tu salud y el medio ambiente, y además, te ofrece un pasatiempo muy divertido.
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