¿Estores o cortinas? Cuando empezamos a decorar nuestras casas se acumulan un montón de decisiones cuyas respuestas van a definir por completo el futuro estilo de nuestro hogar. Algunas nos resultarán más fáciles de responder que otras y entre ellas, una bastante frecuente es la elección entre estores o cortinas para cubrir nuestras ventanas.
Aunque a veces estos dos complementos textiles se utilizan como sinónimos, nada más lejos de la realidad. Cada uno de ellos tienen unas características concretas que los hacen más o menos adecuados para según qué situaciones. Hoy os propongo un pequeño análisis en el que descubrir cuando sí y cuando no es recomendable el uso de estores.
El sí es para…
Empezamos con lo positivo, por supuesto. Hay situaciones en las que claramente el espacio te pide la colocación de un estor ¿Cuando?. Pues cuando tenemos espacios de dimensiones reducidas o con mobiliario a los lados o bajo la ventana, el estor permite tener un filtro de luz y de miradas en la menor cantidad de espacio. Las cortinas, con sus vuelos, además de ocupar más dan la sensación de un espacio vestido y más abarrotado. Esto puede estar bien cuando las estancias son enormes y los techos altos, pero en situaciones contrarias el uso de una cortina es contraproducente, el estor, sin duda, es la solución perfecta a nivel práctico y estético.
Además tienen otra gran ventaja. Si enfrentamos a los estores y las cortinas en cuanto a regulación de la luz, los primeros ganan por goleada. El estor permite regular de forma muy precisa la cantidad de luz que llega al interior, para ello solo hay que subirlo o bajarlo y dejarlo en el lugar que queramos. El tipo de tejido del estor puede ser más o menos opaco. Según lo que hayamos elegido será más o menos restrictivo con la luz solar.
Otro sí claro a favor de los estores es cuando queremos cubrir ventanas de formas y tamaños diferentes al habitual: muy pequeñas (de baños, patios…), muy anchas (de salones, ventanales.)… En estos casos las cortinas pierden el encanto que tienen cuando se usan en una ventana de estética más normal y los estores ganan por goleada. Un caso especial en las construcciones modernas son los grandes ventanales abatibles o cortinas de cristal. En estos casos las «ventanas» también son zonas de paso por lo que necesitamos tener soluciones que además de cubrir y tapar la luz, dejen el espacio totalmente diáfano cuando sea necesario. En estos casos, cuando los estores son muy ancho y pesados, se suele optar por sistemas automáticos.
Los estores se pueden poner en cualquier estancia de la casa. Hay modelos específicos como estores cocina, para el dormitorio de los peques, personalizados, de tejidos distintos… Y hablando de los peques, en sus dormitorios o en la zona en la que jueguen, los estores aportan un plus de seguridad. Al no llegar al suelo no hay riesgo de que los niños se líen o tiren de las cortinas.
El no es para…
A pesar de las grandes ventajas de los estores y su multifuncionalidad, a veces es preferible optar por las tradicionales cortinas.
En general cuando nos encontramos con un gran salón de ventanales estrechos pero muy altos, las cortinas aportan una gran textura y personalidad. Ayudan a vestir el espacio.
Si por otro lado, lo que tenemos son ventajas con características especiales, como que sean abatibles, que se abran hacia dentro, o que den paso al exterior… en estas situaciones las cortinas que se corren en horizontal serán mejor opción que los estores.
¿Con qué os quedáis, estores o cortinas? Claramente depende de la situación pero con este post espero que hayáis descubierto algún detalle interesante para poder contestar a esta pregunta. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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