El vidrio y el cristal son materiales que han fascinado a la humanidad desde épocas antiguas. Las civilizaciones que poblaron el entorno del Mediterráneo, incluso antes de la antigüedad clásica, dominaron con pericia las técnicas de fabricación del vidrio para elaborar vasijas, cuentas… y más tarde todo tipo de recipientes, lámparas, obras artísticas o piezas arquitectónicas. La fusión entre el la arena de sílice, el carbonato de sodio o potasio y el carbonato de cal a temperaturas entre los 1.300º y los 1.500º combinados con técnicas como el modelado sobre núcleo o el soplado hueco, han creado auténticas maravillas, cuya belleza, compleja fabricación y fragilidad las han hecho piezas de alto valor artístico y funcional.
Turquía fue uno de estos países mediterráneos, cuna de la civilización, donde se desarrollaron las técnicas de fabricación de piezas vidriadas. La historia de esta profesión en el entorno mesopotámico es bien conocida por los historiadores siendo Estambul uno de los núcleos de fabricación artesanal de vidrio más concurrido a lo largo de los siglos. En esta preciosa ciudad se desarrollaron técnicas particulares de prensado y fundición que permitían obtener piezas de vidrios de colores vivos, formas variadas y tamaños pequeños. Gracias a ello se desarrolló una técnica muy particular de decoración que utilizaba pequeños fragmentos de vidrios de colores pegados con motivos geométricos sobre una pieza de cristal para crear vasijas, espejos, floreros, botellas… aunque sin duda las piezas más conocidas son las lámparas turcas.
Los artesanos otomanos desarrollaron con pericia la elaboración de las lámparas turcas haciendo a lo largo de los siglos la fabricación de estas características lámparas una industria de fama internacional.
A lo largo de los siglos la técnica se refinó y extendió a otros materiales como el metal, llegando a fabricar a finales del siglo XIX unas lámparas extraordinarias, elegantes, bonitas y con un dominio técnico muy muy elevado. Os dejo a continuación unos vídeos sobre la fabricación artesanal de distintas lámparas turcas.
Las lámparas turcas han dado la vuelta al mundo e inspirado a cientos de artistas, el más conocido es sin duda Louis Comfort Tiffany. Un viaje a Constantinopla del diseñador estadounidense lo cautivó y de regreso a su estudio decidió emular el estilo de las lámparas dándole su toque distintivo, nacieron así las lámparas de Tiffani.
Lámparas turcas y decoración
Las lámparas turcas vuelven a estar de moda, o mejor dicho, nunca han dejado de estarlo. La artesanía siempre ha sido muy valorada por los diseñadores de interiores y contar con una pieza única es siempre un plus a la hora de decorar. Más aún si se trata de una pieza de gran belleza como estas lámparas.
Las lámparas turcas se utilizan tanto en interior como en exterior, de hecho es en los patios y terrazas donde suelen verse con más frecuencia. Los modelos colgantes se utilizan de forma combinada para crear ambientes chill con estilos árabescos. Los modelos de pie suelen ser más comunes en interior donde se utilizan tanto para decorar de día, dando un impacto visual difrente, como de noche, gracias a las formas y colores que proyectan este tipo de lámparas.
Casi cualquier estilo decorativo combina con este tipo de lámparas, con ellas se puede buscar un toque diferenciador o, por el contrario, integrarlas en una decoración similar. Se utilizan principalmente para crear luces ambientes, como principal pueden ser demasiado tenues.
A día de hoy los modelos han evolucionado mucho y son compatibles con bombilas LED, son de bajo consumo y son fáciles de encontrar en cualquier tamaño.
¿Qué os parecen las lámparas turcas? ¿Tenéis alguna y os gustaría tener una en vuestra casa? Espero que este post os haya parecido interesante. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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