Las bañeras son una pieza que se suele poner en los baños por defecto. La verdad es que desconozco la normativa pero cuando compras una casa nueva uno de los baños siempre tiene una bañera. Sin embargo, con el tiempo, esas bañeras siempre acaban pasando por una reforma para convertirse en ducha. Aunque la bañera puede tener ciertas ventajas, sobre todo cuando hay niños pequeños en casa, el consumo de agua para llenarla y disfrutarla plenamente y el gran espacio que ocupan suelen jugar en su contra. ¿Qué ventajas tiene entonces cambiar bañera por plato de ducha? ¡¡Vamos a verlo!!
Índice
Una cuestión de espacio
Si comparamos una bañera con un plato de ducha la primera diferencia es evidente ¡El espacio!. Una bañera ocupa muchísimo más que un plato de ducha y visualmente hace que el espacio quede más abarrotado. Las bañeras, en general, las que se ponen por defecto, son aparatosas y ocupan mucho.
Cuando optamos por un plato de ducha conseguimos optimizar el espacio del baño al máximo, sobre todo cuando se trata de baños de pequeñas dimensiones. A veces, incluso, en el espacio que ocupaba la bañera se puede distribuir la ducha y una zona para poner un mueble de almacenaje, una silla o cualquier otra cosa que nos venga bien. Visualmente los platos de ducha, con sus mamparas de cristal, aportan una gran amplitud al baño.
El ahorro de agua es importante
En este mundo cambiante donde el cambio climático nos mira de reojo en cada esquina, el agua es un bien que no debemos derrochar. Cambiar bañera por ducha es obligarnos a ahorrar agua. Que, por supuesto, también se verá reflejado en la factura. Sí, ya no podremos darnos un baño relajante pero existen otras muchas formas de disfrutar de un momento de relax.
Seguridad y comodidad
Aún recuerdo una ocasión en la que me lesioné y cada día que tenía que entrar en la bañera de casa se convertía en una odisea. La ducha aporta gran comodidad para este tipo de casos, pero también para personas mayores que no pueden realizar grandes esfuerzos y, por supuesto, para personas con dificultad de movimiento que requieren de sillas o ayudas extra para bañarse. La seguridad, en estos casos, comparando una bañera con una ducha, se multiplica.
Es más bonito
Si comparamos, en general, una bañera clásica con un plato de ducha, creo que el segundo gana por goleada a nivel de estética. Está claro que para gustos los colores pero las duchas dan mucho más juego para crear ambientes envolventes y decorados a nuestro gusto.
¿Plato de ducha con niños?
El gran temor para hacer el cambio de bañera a ducha es en el caso de casas con niños. Pero ¿Es aconsejable? Depende del modelo de vida de cada familia pero por supuesto que se puede hacer. Existen muchas alternativas para bañar a los peques cuando son muy bebés y, cuando van creciendo, podemos acostumbrarlos a bañarse en la ducha al igual que hacemos nosotros. Seguro que un día disfrutarían de un buen baño en bañera pero para ello podemos colocar dentro de la ducha una bañera inflable o una piscinita y jugar un día excepcional.
¿Qué preferís, bañera o ducha? ¿Qué tenéis en vuestros baños? Si estáis pensando en hacer el cambio espero que mis propuestas os hayan ayudado a tomar una decisión. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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