Con el teletrabajo, lo de crear un despacho en casa ha pasado de ser algo exclusivo de autónomos y especialistas a convertirse en una necesidad para mucha gente en todo tipo de empleos. Pero siempre vemos imágenes de despachos de estilo nórdico, boho, muy actuales, donde prima el color blanco y la madera natural… pero ¿Dónde queda el despacho clásico? No todo el mundo tiene los mismos gustos y si algo tiene el estilo clásico es que nunca pasa de moda. Siempre hay alguien que disfruta y agradece una decoración como la de antaño.
Los despachos clásicos son suelen ser un tipo de despacho a medida que se monta en una habitación exclusiva. Tienen gran presencia de la madera y de muebles muy voluminosos, en general en una clave de colores oscura. Transmiten solemnidad, son elegantes y sofisticados. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo…
Índice
La madera es la protagonista
Si hay algo que define por encima de todo a un despacho de estilo clásico esa es la madera. La presencia de este material se hace evidente en todos los rincones, desde las paredes revestidas con madera a los suelos, el escritorio o incluso la silla. Suele ser una madera maciza, de gran calidad, generalmente una caoba en tonos que tiran hacia una paleta oscura. Este revestimiento global es lo que da el carácter único a los despachos clásicos.
Grandes librerías y muebles a medida
Otro denominador común es el tipo de mobiliario que acompaña a los despachos clásicos. Prevalecen las grandes librerías, de suelo a techo en muchas ocasiones, llenas de libros, por supuesto. Este tipo de muebles se realiza a medida para adaptarse a las necesidades específicas de cada habitación. Otras piezas de estilo clásico pueden acompañar y complementar el mobiliario, por ejemplo un secreter, lámparas de pie y de mesa, cuadros y esculturas…
El escritorio es el centro de atención
El escritorio adquiere una presencia indiscutible en un despacho clásico. Se sitúa en un lugar central, exento, dejando una pared principal a la espalda. Los escritorios clásicos son auténticas obras de arte. Son amplios y voluminosos, incorporan cajoneras a uno y otro lado de la zona en la que nos sentamos. Sobre el escritorio no pueden faltar piezas decorativas como pequeñas oras de arte o un abrecartas.
Sillas de oficina con carácter
Acompañando al escritorio la silla de oficina debe respetar el mismo estilo en el que estamos trabajando. Por suerte a día de hoy podemos encontrar sillas de estilo clásico cómodas y con ciertas características ergonómicas. El cuero, el terciopelo y los tejidos naturales, los estampados sobrios y toques florales, son los que triunfan entre los amantes de este estilo. Junto a ellas, un sofá Chester, si hay espacio, es el acompañante perfecto.
Alfombras
Y para terminar, bajo el escritorio y dando textura y carácter al suelo, no puede faltar una buena alfombra. Las alfombras de tipo clásico combinan motivos geométricos y diseños florales con colores rojizos y cálidos. Las alfombras de Crevillente son una de las mejores opciones en este tipo de despachos.
Y con este último toque hemos decorado un despacho clásico perfecto. Un despacho que nunca pasa de moda, es práctico, cómodo y funcional. Despachos a medida, que se adaptan a cada estancia como un guante y que duran para toda la vida. Espero que este post os haya gustado e inspirado. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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