La decoración es una disciplina que no está del todo valorada por algunas personas. Ven en ella poco más que un capricho estético, una moda para llenar la vivienda de objetos que no tienen valor más que ornamental.
Sin embargo, la realidad es muy diferente, pues la decoración es parte importante de cualquier edificio o cualquier estancia, ya sea interior o exterior. La decoración, además de promover una mejor estancia o convivencia en esos espacios, tiene como objetivo potenciar la armonía y favorecer el orden.
De algún modo, la decoración ha de estar puesta al servicio de la funcionalidad, de ahí que cada vez sean más comunes utensilios, mobiliario y electrodomésticos que además de tener un apartado funcional, tengan un cuidado aspecto estético.
El trabajo del decorador o interiorista es mucho más que saber seleccionar elementos o artículos para una vivienda o un edificio y disponerlos de modo adecuado para conseguir armonía con ellos. Se trata de una profesión muy demandada que requiere de años de estudio y altos conocimientos de diseño.
Es cierto que de manera autodidacta se pueden conseguir algunos objetivos, pues hay algunas reglas y principios de decoración que son simples y asequibles, hasta el punto de que con un poco de esfuerzo, cualquiera puede aplicarlas sin mucho esfuerzo.
Índice
La regla de los impares
La regla de los impares se aplica también en fotografía. En decoración y diseño consiste básicamente en que diseñar con un número impar como base puede crear armonía e interés visual.
Así, en decoración, los detalles y objetos han de organizarse en números impares, que resultan más atractivos y efectivos que los números pares. Atendiendo a esta regla se pueden organizar en casa objetos de diferentes alturas y texturas.
Localizar el punto focal de cada estancia
En cada estancia o habitación, el punto focal es aquel al que se dirige la mirada cuando se entra en la habitación. Un consejo importante a la hora de decorar una habitación es localizar el punto focal.
La ventaja de la decoración es que podemos crear un punto focal incorporado, de modo que este no sea, por ejemplo, la chimenea o un gran ventanal. Así, para crear un punto focal, los pasos a seguir serían los siguientes: pintar uno de los frentes de pared de color diferente y añadir cuadros o estanterías o utilizar un mueble de grandes dimensiones o una obra de arte destacada.
Una opción diferente para crear un punto focal integrado es atender al uso que se le va a dar a la habitación. Así, si es una habitación infantil de juegos, una alfombra y una pequeña tienda de campaña infantil ayuda a focalizar la atención.
En la web Prodecoracion.com encontramos algunas ideas de decoración que ayudarán a integrar este punto focal. Cuando tengamos claro cuál es el punto focal, el resto de la decoración debe servir como complemento de este espacio.
La importancia de la iluminación
En ocasiones, el mejor modo de decorar una habitación es jugar con la luz. La luz natural es salud, cuanta más luz entre en una vivienda y más aireada esté, más saludable será y mejor habitabilidad ofrecerá.
La iluminación artificial debe potenciar esa iluminación natural y servir de complemento. En cuanto a iluminación, ya sea natural o artificial, existen tres tipos básicos: ambiente, dirigida o focalizada y de acento.
La iluminación de ambiente es la iluminación general, que es comúnmente la que está dirigida de arriba a abajo. En el caso de iluminación de tarea, la focalizada, es aquella que está destinada a tareas concretas: áreas de lectura, luces bajo la encimera en la cocina, luces en el espejo del baño o el vestidor, etc. Finalmente, nos encontramos también con la luz de acento, que es la que está pensada para resaltar objetos particulares como cuadros u obras de arte.
Es importante saber jugar bien con la iluminación, no dejando poco iluminada ninguna habitación y jugando con las luces focalizadas y de acento. Para terminar, y también referido a la iluminación, hay que cuidar de manera importante el tipo de luminaria, por su temperatura y su tonalidad, y su eficiencia, potenciando ambientes más cálidos en estancias destinadas al relax y el descanso, como el salón o el dormitorio.
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