Una mesa bonita y elegante debe tener, indiscutiblemente, un buen mantel. Los manteles tiene una función práctica, esta claro: protegen la mesa de las manchas y los roces. Pero también una función estética y es que gracias a ellos podemos decorar nuestra mesa con el estilo que más nos guste.
Eso sí, no vale cualquier mantel. Dependiendo del estilo de nuestra decoración y del motivo de la celebración, el mantel debe ser uno u otro: estampado, liso, encerado, de lino, de algodón… Y en cualquiera de los casos, debe adaptarse a la mesa al 100% con unas medidas concretas y una caída específica. Por eso, deben ser manteles a medida y en este artículo te explico por qué es tan importante.
Índice
Un mantel a medida de la mesa
Tipos de mesas hay como personas, innumerables. Cada mesa tiene una forma y medida específica y normalmente resulta complicado encontrar manteles estándar que encaje al 100% con las medidas de nuestra mesa. Seguro que os ha pasado. Por ello es importante realizar un mantel a medida, bien encargado o bien hecho por nosotros mismos. Así se adaptará por completo, con la caída, tamaño y forma adecuadas, ya sea para una mesa rectangular, cuadrada o redonda o de la forma que sea.
Comodidad para todos
Un mantel demasiado grande o demasiado pequeño resulta incómodo a la hora de comer. Puede molestar al sentarnos, si pillamos el mantel y descolocamos toda la vajilla. O puede ser demasiado corto y andar escasos de mantel. Además de la parte estética. Un mantel pequeño es un desastre decorativo, la mesa pierde todo su lustre. Al igual que un mantel con un tamaño descompensado en sus lados.
La medida perfecta de un mantel a medida
Pero, la gran pregunta llegados a este punto es ¿Qué medida debe tener un mantel? Pues depende. Depende de la ocasión en la que queramos usar el mantel. Eso sí, deben adaptarse a la mesa y tener una caída igual por todos los lados. Partiendo de esto, podemos decir que:
En general, los manteles que usamos a diario en casa deben tener una caída de entre 25 y 30 cm, es decir, ser cortitos. Son manteles donde prima la practicidad, para evitar enganchones y permitir que se coloquen y quiten rápido. Sin embargo, en ocasiones especiales, por ejemplo en una comida familiar o con amigos, podemos optar por manteles un poquito más amplios, con una caída de unos 40 cm. Así la mesa gana en elegancia y en porte sin perder la comodidad de un mantel corto.
En ocasiones muy especiales donde prima la elegancia y queremos una mesa muy bonita, entonces podemos optar por manteles que lleguen hasta el suelo. Incluso, sobre ellos, podemos poner un sobre mantel o un camino.
Y ahora que ya sabéis las ventajas de tener un mantel a medida os lo pensaréis dos veces antes de comprar cualquier mantel. ¿No? Espero que este artículo os haya parecido interesante. Un abrazo para todos y todas, sed felices, nos vemos en las redes.
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